El respeto es la virtud que nos enseña a valorar, y apreciar a las personas tal y como son, a aceptarlas por el mero hecho de que son personas iguales que nosotros, con sus defectos y virtudes.
Tenemos que aprender a respetar la forma de ser y pensar de los demás aunque sean diferentes a las nuestras, porque todo el mundo no es igual a nosotros.
El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia donde todos podamos respetar y ser respetados. Una frase muy significativa que nos ayuda a respetar es si pensamos en: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti” es una frase que deberíamos tener en mente. Sin embargo la falta de respeto genera violencia y enfrentamiento entre los demás.
Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros.
Pero, ¿cómo reaccionamos cuando alguien nos afecta a nosotros directamente? ¿Dónde quedan la tolerancia y el respeto?
Debemos recordar que cada ser es único y está hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto merece nuestro respeto y consideración. Nadie es más ni menos que tú,
sólo somos diferentes en lo personal, llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos.
Cuando vivimos con respeto hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo, y cuando nos volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.
Irene Sanz
No hay comentarios:
Publicar un comentario