¿Alguna vez te has sentido con impotencia? ¿Alguna vez has sentido que no tenías algo cuando en realidad sí lo tenías sólo que no sabías utilizarlo? ¿Alguna vez has querido cambiar algo de tu vida y no has sabido como hacerlo? ¿No has sabido por donde empezar, cómo comenzar, cómo seguir? ¿Alguna vez todo te sale del revés y no encuentras a nadie que te de un buen consejo? ¿Alguna vez te has sentido con ganas de ver respuestas? Éste es tu blog. Paula M. y Marta A.
martes, 12 de abril de 2011
La confianza.
- ¿Cómo puedo saber que puedo confiar en ti?
- No lo sabes; en eso se basa la confianza.
***
Hay dos tipos de confianza:
-La confianza en ti mismo. Si no la tienes, es imposible que los demás confien en ti; la confianza nunca viene dada de fuera. Quien no tiene confianza en sí mismo, aplaza las decisiones, deja asuntos pendientes, y va dejando cosas sin hacer por el camino. Con todo esto, lo que consigue es desmostrar que es una persona en quien no se puede confiar.
-La confianza en los demás. Nos ayuda a actuar de forma más generosa y entregada. Confiar en los demás consiste en creer en lo que nos dicen y en lo que las personas desean transmitirnos sobre sí mismos, sus valores, actitudes, forma de ser, creencias, etc. Cuando confiamos en alguien, existe una mejor comunicación entre ambos y un mayor entendimiento, nos sentimos tranquilos a su lado y tenemos la sensación de no estar solos.
Por el contrario, quienes desconfían de las intenciones de quienes les rodean o de su amistad con ellos, son personas inseguras de sí mismas que no creen en sus propias capacidades ni en su posibilidad de ser querido o aceptado por otros.
Las personas desconfiadas piensan que los demás se van a aprovechar de ellos, que pretenden hacerles daño o que desean engañarlos. Suelen ser rencorosos y se dejan llevar por suposiciones suyas, pensando siempre que sus amigos o entorno confabulan contra ellos. Reaccionan con furia, tienden a aislarse y a dejar de relacionarse, pues piensan que el mundo está en contra de ellos.
Son personas que le dan excesiva importancia a lo que los demás piensen de ellos, analizan todo lo que les dicen creyendo, encontrar una doble intención en las palabras de los demás.
Siempre está planteando dudas sobre los demás y sus intenciones sobre ella. A este tipo de personas hay que ayudarlas quitando importancia a sus sospechas negativas y a sus temores, e intentando hacerles entender que sus razonamientos son erróneos.
Marta Álvarez.
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