Valentía es admitir tus temores y enfrentarlos cara a cara. Es tener la fortaleza de pedir ayuda y la humildad de aceptarla
A veces en la vida hay que demostrar que no se tiene miedo.
La valentía es algo que hoy en día se usa mucho a la ligera. Antes ser valiente significaba enfrentarse a grandes problemas, librar grandes batallas, cuando hoy en día una persona se considera valiente por ir hacia una persona y tener el coraje de insultarle. ¿Es eso ser valiente?
Ser valiente no significa abusar de otras personas, ni ser maleducado. A alguien valiente no le hace falta demostrar que es valiente con una actitud violenta.
La valentía sólo ha de usarse para hacerte respetar hacia personas mas fuertes que tu, nunca más débiles.
La valentía es ese valor que nos hace luchar por lo que “vale la pena”.
Nos ayuda a superar nuestros miedos, y encauzar la vida en momentos difíciles. Ser valientes no es fácil, hace falta fortaleza.
A veces, la valentía implica ser consecuentes con nuestros actos, y en concreto, asumir nuestros errores. Es más fácil ocultar el bulto, o disimular o tirar la piedra y esconder la mano. Por amor a la verdad, por respeto a los demás, por coherencia con uno mismo, es preciso reconocer los errores.
Unos van lanzados por la vida, cuesta abajo y sin frenos, y a otros hay que sostenerlos. Muchas veces nos atemorizamos por fantasmas que sólo están en nuestra cabeza, y tenemos un enorme miedo al fracaso o al ridículo. Nos dejamos llevar y lo echamos todo a perder.
La valentía produce personas dignas de respeto y confianza.
María Tejada.
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